Refuerzo Positivo y Castigo Negativo

Como ya sabéis, nosotros para educar a nuestros pequeños siempre usamos premios. Estos premios, en realidad, son Refuerzos que usamos para afianzar una conducta ante otras que dejamos pasar sin reforzar. La idea, finalmente, es muy simple: conducta que se refuerza, conducta que tiende a repetirse.

Hay un ejemplo que los humanos, materialistas por condición, entendemos muy bien.

Resulta que en nuestro barrio hay una calle de éstas peatonales, comerciales y muy bien iluminadas. Es una calle con escaparates a ambos lados y habitualmente animada y concurrida. A nosotros nos da realmente igual bajar por un lado u otro porque a ambos lados de la calle encontramos estímulos igualmente apetecibles. Pero un día , una señora, en la puerta de un negocio nos entrega un billete de 50 €.

Nosotros al día siguiente, siguiendo nuestra ruta habitual camino a casa, volvemos a pasar por esa calle. A lo lejos vemos que la señora está en la misma puerta que el día anterior, así que hacemos la prueba y volvemos a pasar. Y la señora, de nuevo, nos entrega esos 50 €. A la mañana siguiente, volvemos a hacer lo mismo, y ya enfilando la calle por el lado por el que se encuentra nuestra benefactora, volvemos a verla y nos vuelve a entregar nuestro billete.

Nuestra señora, en este caso, es el estímulo. Cuando la vemos, en nosotros se desencadena una conducta, que es ir hacia ella, porque sabemos que cuando nos crucemos con ella, nos dará nuestro Refuerzo, que en este caso son los 50 €.

Una mañana, y por nuestra condición curiosa (y algo egocéntrica), decidimos bajar por la parte contraria a la que se encuentra nuestro estímulo. La vemos, sabemos que está allí en su sitio, pero tentamos la suerte y probamos la posibilidad de que o bien ella cruce la calle, o bien alguna otra señora nos de otros 50 € en algún otro lugar. Pero al pasar delante de ella, nos mira y nos deja pasar de largo, y al terminar la calle ninguna otra señora nos ha ofrecido nuestro preciado premio.

Eso es un castigo negativo. No nos ha golpeado, no nos ha gritado ni nos ha agredido en ninguna forma. De hecho nos ha sonreído… pero nos ha dejado pasar, y nos ha retirado nuestro Refuerzo diario. Nuestra señora no ha sumado presión a la situación, pero retirándonos algo que ya creíamos nuestro, nos ha enseñado una valiosa lección.

Imagináis el lado de la calle por el que bajaremos mañana?

Sí, me da que sí.

Pues para nuestros perros es igual, en el coco, en el comportamiento de nuestros pequeños, las cosas se graban de esta misma manera. Todo lo que hagan, de momento, lo harán por egoísmo. Trabajaremos en base a que no podemos pedirles nada sin ofrecerles algo a cambio, y en esta misma línea y con esta misma actitud ante ellos, cuando no consigamos la conducta deseada no regañaremos ni sumaremos presión alguna a la situación, sino que resolveremos el ejercicio de una forma que , aunque negativa para el perro porque no ha conseguido su premio, no creará entre ellos y nosotros una barrera basada en miedo o temor a ser castigado, sino una actitud proactiva que le llevará a esforzarse más la próxima ocasión y estar más atento para no perder su premio, su Refuerzo Positivo.