¿Por qué Adiestrar o Educar a mi Perro?

Mucho Más que Educación Canina

¿Por qué Adiestrar o Educar a mi Perro?

Hola a todos. En este post vamos a hablar sobre un tema un tanto controvertido, que no es otro que la necesidad, o no, de la ayuda de un adiestrador o educador en la vida de nuestros perros. En otras palabras, vamos a a intentar responder a la pregunta que todos nosotros nos hemos hecho alguna vez: ¿Cuál es el momento de buscar un profesional?

Ante todo dejaros claro que NO vamos a enfocar esta publicación desde un punto de vista empresarial, lógicamente a nosotros los profesionales de la educación canina nos interesan cuantos más alumnos mejor, pero el enfoque que os queremos presentar es un enfoque diferente.

Vamos a hablaros como a amigos a los que queremos aconsejar, y dependiendo de vuestra situación el consejo será diferente. ¿Por qué? Pues porque no hay dos perros iguales, ni dos familias iguales. Las necesidades y los gustos personales de cada uno de nosotros, en combinación con el entorno del perro y sus necesidades específicas, serán los que marquen la línea educativa a seguir, y partiendo de esto, veremos y valoraremos la necesidad de contar con una ayuda profesional.

Cuando uno decide unir un perro a la familia, ha de hacer, o debería, un buen estudio de sus circunstancias, entorno y capacidades personales para educar o adiestrar a un perro, basadas casi siempre en experiencias previas con otros animales. Este estudio debería ayudarnos a elegir al perro que más se adapte a nuestra vida, pero esto no siempre es fácil y de hecho en la mayoría de los casos es algo que ni siquiera se hace. No es lo mismo un matrimonio o una persona mayor en un piso pequeño que esa misma persona en una finca grande… y si partimos de ese ejemplo en el que la misma persona según dónde viva debe elegir un perro u otro, imaginad la cantidad de variables que se nos abren en este apartado súper importante de la elección del cachorro.

Bien, pues demos por hecho que hemos elegido, con mayor o menor acierto y fortuna, y ya tenemos en casa a nuestro perro. Es importante saber su edad, porque dependiendo de ella podremos hacernos una idea de su capacidad de aprendizaje o de modificación de alguna conducta que quizás nos muestre no deseada. Una vez lo tengamos en casa, empezaremos a conocerlo, a ver su carácter, nos mostrará sus maneras y rutinas de juego a la par que empezará a mostrarnos cositas que no nos gusten tanto.

Hay muchísimos propietarios que en su día a día son capaces de controlar todas las circunstancias que van rodeando el crecimiento del perro y su educación, disponen de habilidades o conocimientos que hacen que sus perros sean capaces de entender lo que se les expone y a partir de refuerzos de varios tipos, el perro acaba tomando hábitos y comportamientos que se adaptan por completo a la vida de sus dueños. Pero… ¿y si ésto no pasa ? ¿Y si vemos que nuestro perro no entiende aquello que le proponemos? ¿Y si las medidas que estamos tomando nos están llevando por un camino que realmente no es el correcto para conseguir nuestro fin? ¿Y si el problema se agrava? Evidentemente, ése será un buen momento para contar con una ayuda profesional.

Pero claro, ¿por qué hemos de esperar a que surja un problema , o a que no podamos controlarlo, para avisar a nuestro adiestrador? ¿Es bueno esperar a que esto pase? ¿No tendría mucha más lógica iniciar una educación en la que de una forma positiva y natural nuestro perro fuese adquiriendo habilidades y comportamientos? Pues sí, la respuesta evidentemente es .

A nadie se le ocurre esperar a que su hijo, o amigo, cometa un delito para explicarle la diferencia entre el bien y el mal. Todos iniciamos nuestra educación en etapas tempranas de nuestra vida, y en base a la experiencia, vamos construyendo hábitos y comportamientos, y con ellos, nuestro entorno social y nuestra vida en general. Parecería un poco estúpido e ingenuo esperar a que cada uno de nosotros mostrase comportamientos innatos para empezar a corregirlos, sabiendo que a través de la educación podemos prevenirlos y moldear sin necesidad de castigar y solo en base a educación en positivo. Y si esto sabemos que es así, y además es el método que habitualmente seguimos con nuestros hijos o alumnos… ¿Por qué con nuestros perros no hacemos igual? ¿Por qué esperamos a que nos den un problema para acudir al profesional?

Pues por ignorancia, por ignorancia y muchas veces también por prepotencia. Nos creemos capaces de educar a un animal , en este caso un perro, por el simple hecho de sabernos intelectualmente superiores, y porque claro, si somos capaces de educar a niños ( ¿? ), ¿cómo no vamos a saber hacerlo con un simple perro?

Pues porque evidentemente, no es igual. Nuestros hijos o sobrinos van a escuelas reguladas en las que profesionales, de mayor o menor valía pero todos con un mínimo esencial de conocimientos y aptitudes, los instruyen y forman en base a programas científicamente contrastados. Esa formación digamos institucional que nuestros pequeños reciben , se suma a la educación personal que en cada casa les da su familia y entorno. Finalmente, nuestra formación como personas y como profesionales es una mezcla de conocimientos que adquirimos por varias vías, una claramente más natural como es la familia, y otra regulada como son las enseñanzas regladas en las que se nos asegura un mínimo de conocimientos para que seamos capaces de vivir y desarrollarnos en sociedad.

Un mínimo de conocimientos para que sean capaces de vivir y desarrollarse en sociedad. De ésto debemos proveerles, de herramientas que les hagan capaces de vivir en entornos humanos, que en la mayoría de las veces son hostiles para ellos, y que no solo sean capaces de vivir en estos entornos sino que además sean capaces de hacerlo bajo nuestras reglas y, además, sean felices y estén equilibrados aún con todos los condicionantes anteriores.

No es tarea fácil, es evidente. Pensarnos , creernos capaces de controlar todos los parámetros que influyen en la educación del perro es una quimera , a no ser que tengamos formación específica. Y como es evidente, no todos somos ni adiestradores, ni fontaneros o cirujanos. Cada profesional ha de ser tenido en cuenta en su momento, y lo que desde EntrenaDog os proponemos, es que os planteéis esta educación de vuestros perros de la misma forma que os la plantearíais con vosotros mismos. Con proyección, sensatez y profesionales adecuados para cada disciplina.

Una educación temprana evita problemas futuros y suma calidad de vida al individuo y a su entorno.

Sumario
product image
Author Rating
1star1star1star1star1star
Aggregate Rating
5 based on 1 votes
Autor
EntrenaDog
Tipo
¿Por qué Adiestrar o Educar a mi Perro?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *